¿José Pablo Feinmann, que caracterización se puede hacer del gobierno del Presidente Arturo Illia?
José Pablo Feinmann.
El problema que presentó el gobierno de Illia desde su inicio, fue un problema relacionado con el tema de la legalidad. Era un gobierno nacido al amparo de la proscripción al peronismo. En este sentido un gobierno nacido al amparo de una proscripción, digamos, autoritaria del peronismo, determinada por los sectores de poder, fundamentalmente de las fuerzas armadas, nacía viciado de ilegalidad. Es decir, el gobierno de Illia lejos de representar, en ese momento, la legalidad institucional, no la representaba porque no tenía un fundamento legal sólido, al haberse elegido un gobierno a través de la proscripción del peronismo. Ahora, aquí juega el problema, digamos la relación entre la legalidad y la legitimación. El gobierno de Illia, pienso, pese a no tener un surgimiento idóneo dentro de la legalidad comienza a legitimizarce a través de la práctica de gobierno. Su práctica de gobierno es pluralista, democrática, permite al peronismo tener expresión y bueno son años, en alguna medida de cierto de cierta posibilidad, de una clara posibilidad de pluralidad y disenso en la Argentina. En este sentido podría decirse que el gobierno de Illia intenta legitimizarce, pero aquellos que le dieron su débil legalidad al final se la quitaron, es decir las fuerzas armadas.
¿José Pablo Feinmann, el plan de lucha de la de la Confederación General del Trabajo en 1964 fue desestabilizador, o no?
Es delicado el tema, yo pienso ante todo que CGT era esa ante todo. Una CGT que tenía al frente a los grupos que caracterizamos como vandoristas. Hay que ver que proyecto impulsaba el vandorismo. Yo creo que el vandorismo era un proyecto alternativo a la conducción de Perón y que impulsaba el proyecto, siempre renaciente de la dirigencia peronista de la unidad pueblo ejército. En es te sentido Vandor era un amigable conversador con los sectores militares, eh este plan de lucha de la CGT tiene dos aspectos: por un lado expresaba a las bases, porque las bases no estaban de acuerdo ni con la economía radical, ni con la proscripción de Perón de la escena política de la argentina. No hay que olvidar que Illia mantuvo la proscripción de Perón de la escena política argentina y es responsable del frustrado regreso de Perón. Este ahora bien, si bien a nivel de bases la el plan de lucha tenía una legitimación por cuanto respondía al deseo de los obreros de la clase trabajadora argentina de luchar por el regreso de Perón, consigna fundamental de los dieciocho de lucha del peronismo. Por otro lado, no tengo la menor duda que la dirigencia vandorista estaba instrumentando este legítimo fervor de las bases populares con fines golpistas.
¿José Pablo Feinmann por qué el gobierno de Illia no permite la llegada de Juan Domingo Perón al aeropuerto de Ezeiza en el 64?
Una toma de conciencia con la realidad con la brutal realidad es decir la Universidad era vivida y asumida como una isla autónoma, la llamábamos la Isla Democrática. El país vivía inmerso en la miseria y en la represión y el autoritarismo y en la universidad se vivía no la prosperidad pero si se pasaba bien se podía estudiar, había democracia libertad de ideas, es decir era un ámbito al cual, un ámbito en el cual uno podía vivir ajeno a los problemas que padecía el país. En este sentido la irrupción de la policía en las universidades significó para los estudiantes una toma de conciencia de la realidad del país. También ellos empezaron a recibir los golpes, la brutalidad, la represión del régimen militar. Eeeee nosotros recuerdo que en clases de filosofía salíamos de la clase de filosofía sobre la filosofía cartesiana y salíamos de cuestionarnos junto con René Descates sobre si la realidad externa existía o no existía e salimos y nos agarraron a plazos con lo cual tuvimos una clara certeza de la existencia de la realidad externa. En este sentido hay una frase que recorría los claustros en aquellos tiempos que decía lo siguiente: “Onganía hizo más por la concientización del estudiantado que cincuenta años de reforma”. Esto quería decir que la brutalidad del régimen militar había conducido al estudiantado a tomar clara conciencia que su destino era el destino del país, que la universidad no era una isla democrática, que la universidad padecía los avatares del país y que los obreros debían unirse a la lucha de los trabajadores por la liberación de la patria.
¿José Pablo Feinmann en qué consistió el proyecto de la CGT de los argentinos y de su figura principal, aglutinante, Raimundo Ongaro?
¿José Pablo Feinmann el cordobazo crea un antes y un después en la historia del movimiento obrero y popular en nuestro país?
¿José Pablo Feinmann por qué surgen las formaciones especiales durante el onganiato?
¿José Pablo Feinmann existió durante los años 60 una llamada nacionalización de los sectores medios?
Indudablemente lo que se da sobre todo pienso hacia fines de los años 60 eee y creo que esto puede ser focalizado en el surgimiento de las cátedras nacionales en la Facultad de Filosofía, es una clara desición de los sectores intelectuales, básicamente como siempre los sectores medios que son los que tiene acceso a las universidades y a la cultura, una decisión de estos sectores de unir su destino a los destinos de la clase trabajadora. Yo recuerdo, por ejemplo que éramos estudiantes de filosofía y uno de nuestros proyectos, una de las cosas que nos habían propuesto era dar un curso, no de filosofía pero si de historia argentina en la CGT de los argentinos, y que tanto ese interés de la CGT de los argentinos de convocar a un grupo de estudiantes de filosofía a dar un curso de historia, ahí en ese recinto de las luchas populares, este bueno creo que revelaba tanto el interés de ellos y el nuestro. Nosotros nos sentíamos como especialmente conmovidos por esa convocatoria y cuando comenzamos a dar el curso en la CGT de los argentinos fue como darlo en un ámbito privilegiado, ahí estábamos los estudiantes junto a los obreros y bueno le transmitíamos lo que nosotros sabíamos, que era lo que habíamos aprendido, lo que habíamos estudiado, pero a la vez ellos nos transmitían sus luchas, su organisatividad, este su polenta digamos que era muy estimulante. Ahora bien hubo ciertos textos que tuvieron relevancia durante esos años, una muy especial relevancia y que se vendían incluso en la CGT de los argentinos. Yo recuerdo que le libro de Juan José Hernández Arregui “Nacionalismo y liberación” lo compré en la CGT de los argentinos donde se vendían bonos, primero se vendían bonos para poder editar el libro y luego con esos bonos, cuando el libro fue editado uno lo compraba, lo recibía. En ese ámbito de la CGT de los argentinos como lo dije trabajaba Rodolfo Walsh haciendo el periódico de la CGT de los argentinos. Durante esos años se comienza a leer mucho Hernández Arregui sobre todo “La formación de la conciencia nacional”, se comienzan a leer los textos tanto de Puigros como de Cook, estee como de José María Rosa, se lee mucho José María Rosa, incluso José María Rosa desarrolla toda una tarea de charlista, es decir va por sindicatos, unidades básicas, centros de estudiantes en los cuales Don Pepe Rosa vuelca toda su sabiduría sobre la historia argentina. El revisionismo histórico era para nosotros estudiantes del 68 del 69, era un descubrimiento deslumbrante algo que nos acercaba a los sectores populares de la historia argentina, y veíamos en el peronismo de esos momentos la reencarnación, la continuidad de la lucha de los sectores populares anti imperialista s, eee sentíamos que eran tiempos muy especiales nos sentíamos arrebatados por la marejada de la historia y bueno todo esto era vivido con mucha exaltación.
Eee, bueno no eran absolutamente identificables, Ernesto Guevara era para nosotros más que la Revolución Cubana era un ejemplo político y a la vez humano de entrega total a una causa revolucionaria. La Revolución Cubana, por el contrario era menos que Ernesto Guevara. La Revolución Cubana no era para nosotros el norte de la historia, era un referente internacional valioso, pero Castro no era de ningún modo nuestro líder, nuestro emblema, nuestra conducción, nuestro ideólogo, eee no hay que olvidar también que manejábamos mucho la teoría de los “Dos Imperialismos”, que Perón impulsaba desde sus textos como “La hora de los pueblos” y en la “Teoría de los dos imperialismos” caía Castro dentro de uno de los imperialismos sobre todo eee en esa en ese sometimiento de Castro al poder hegemónico de la Unión Soviética que era visualizado negativamente por nosotros, entonces si bien rescatábamos un impulso inicial de la Revolución Cubana, ya comenzábamos a ver su burocratización estee su entrega al poder soviético, enfocado por nosotros como uno de los dos polos imperialistas, aunque siempre aclarábamos que aquel al que estábamos sometidos era al Yanquee, pero si tenemos este si tenemos que hablar de un teórico, de un ideólogo, de líder, ese era para nuestra generación Perón. Eran los textos de Perón los que se leían. Era “conducción política”, “La hora de los pueblos”, “América Latina, ahora o nunca”, eran los textos que nosotros leíamos, Castro era un momento de la revolución en América Latina, este pero no más que eso. Castro era reivindicado por la izquierda, y nosotros no éramos la izquierda, o al menos este nos diferenciábamos de quienes pretendían ser la izquierda en ese momento. En realidad creo que secretamente pretendíamos ser verdaderamente la izquierda, si por izquierda se entiende a aquellos que están en el camino del pueblo y representan a los desposeídos y a las mayorías populares. Creíamos que la izquierda universitaria que se daba en la argentina, una izquierda que se nutría de los textos de Marx, de Engels, de Lenin, de los textos de castristas, en el mejor de los casos porque habitualmente se nutria de los textos de Marta Harberger, textos muy pobres muy esquemáticos, esa izquierda estaba opuesta a nosotros: La intelectualidad peronista de fines de los años 60 tenia otros maestros, nuestros textos era los de Jhon William Cook, los de Juan José Fernández Arregui, lo de Fermín Chávez, los de José maría Rosa, era “Revolución y contrarrevolución en la argentina “ de Jorge Abelardo Ramos, quien luego ha entrado en diferentes estados de desvarío pero que en ese momento era uno de nuestros ideólogos, un pluma ágil y brillante, a quien frecuentábamos y leíamos, es decir esa era nuestra bibliografía. Veníamos de una formación quizá, es decir con una formación, que había abrevado bastante en textos de Hegel, textos de Marx, en textos de Sastre, ee Fanon se leía mucho, se leía mucho los “Condenados de la Tierra”, se leían los prólogos de Sastre, en fin este pero teníamos una constante polémica con el marxismo, el marxismo tendía a ver la figura de Perón como la de un conciliador, como la de un nacionalista burgués en el mejor de los casos, y en el peor de los casos como la de un dictador populista que había frenado el avance de las masas, tal como aparecía en los textos de Melcíades Peña, para nosotros eee Perón representaba la revolución nacional popular, Perón representaba la mejor del nacionalismo argentino, lo mejor del nacionalismo popular, las banderas populares, y bue esa la ideología que nos nutría, la ideología que íbamos elaborando. Yo estaba en la revista “Envido”, que era una revista trimestral que sacábamos en la facultad de Filosofía, y muy leída por los cuadros juveniles del peronismo, y bueno esas eran nuestras fuentes. La revolución cubana entonces, para redondear, no era nuestro norte ni nuestro modelo. Nuestro modelo era la revolución que pensábamos y soñábamos hacer en la argentina. Una revolución con la tradición de la clase obrera peronista, con las banderas peronistas de la soberanía política y la independencia económica, estee y esa era nuestra historia y esa la tradición en que nos enmarcábamos, digamos que nosotros nos enmarcábamos en la tradición de lo que llamábamos la línea nacional.
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